miércoles, 3 de octubre de 2012

Adiós al coche

Y hola a ahorrar dinerito, caminar mas, sacar mas la bici (aunque refresque) y, cómo no, al transporte público (del que soy FAN, FAN y REQUETEFAN).

No es que yo usara mucho el coche, de hecho el adiós no ha sido brusco, ha sido mas bien una ruptura gradual, de las que se van estirando en el tiempo. 

El caso es que tengo coche desde hace 12 años (el mismo, y ahí que aguanta como un campeón) pero ya desde que vivo en Madrid no es que le diera mucha vida. El primer año sí lo usaba para ir al máster, porque iba de parking a parking y me ahorraba el cambio de Cuatro Caminos, que los que viven en Madrid y usan el metro con frecuencia, sabrán que es una pesadilla y algo de asquete. 

Cuando empecé a currar de becaria, también lo usaba, fundamentalmente porque no tenía buena combinación de transporte público. Ahí empecé a verle el lado mas negativo al coche: no tenía parking en el curro (becaria precaria) con lo que mas me valía llegar pronto para poder pillar un sitio medio cerca y los atascos de vuelta podían ser de muchas risas (a pesar de vivir a 5,1 km según el google maps, que lo acabo de comprobar). 

Pero fue cuando cambié de trabajo cuando el coche empezó a pasar mas horas en el garaje que en las calles y mi filosofía empezó a ser que si tenía metro hasta el curro, no se iba en coche. No es que no lo cogiera nunca, pero en los 4 años que estuve en Procter, lo habré cogido.... ¿40 veces? ¿50 quizá? Puede parecer mucho, pero no lo es. Casi siempre que lo cogía era porque (a) tenía que estar en la ofi MUY temprano (y si digo MUY temprano, es MUY temprano); (b) iba a aprovechar para hacer la compra a la salida del curro; (c) iba a algún sitio después del curro tipo la casa de mi hermano, el Ikea, el Decatlhon o similares o (d) me iba de viaje directamente. 

Soy una de esas personas algo raras que prefería ir en metro a currar antes que en coche, solo le veía ventajas: sabes lo que vas a tardar (con un intervalo de confianza mucho mas fiable que si vas en coche); puedes ir leyendo (o, muchas veces, echando un pestañín); no tienes que preocuparte por aparcar; si te aburres puedes ir mirando a la gente.... También tenía algún inconveniente pero como esta entrada trata de DEJAR el coche, no voy a ponerle pegas a las alternativas jijijiji.

Aún así, me ha costado otros DOS años decirle adiós al coche (bueno, mas que decirle adiós, al menos hasta luego, porque lo he dejado en Murcia en el garaje de mis padres, que nunca se sabe si lo voy a necesitar). Estos dos años he seguido "manteniéndolo" en Madrid: pagando garaje y usándolo muy muy muy poco. Tan poco tan poco que este verano decidí dejar el garaje y aparcarlo en la calle (pobrecito). Tan poco tan poco que la última vez que he bajado a Murcia he decidido dejarlo allí. 

Y oyes, que no lo echo nada de menos. Ni un poquito. Soy una ingrata porque el pobre me ha dado muchas alegrías pero qué queréis que os diga, la tranquilidad de no tener que preocuparme de si va a seguir aparcado donde lo dejé la última vez que lo cogí hace 3 semanas me compensa.

Así que os animo a todos: si no queréis dejar el coche para siempre jamás, podéis ir "desenganchándoos" de él poco a poco. Coged mas el metro (o el bus), id andando a mas sitios (que seguro que muchos trayectos de los que hacéis podéis hacerlos andando) y ya si os animáis a la bici, perfecto.

Como siempre, es bueno para vosotros (sobre todo para el body), para vuestros bolsillos y para el medio ambiente ^-^.

¡Besitos!

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